Rendimiento
Los chips presentes en ambos modelos de
tablets han demostrado que rinden de manera muy similar, aunque si podemos
destacar a uno de ellos, es el Exynos,
que gracias a su diseño utilizando 4
procesadores con poca potencia, mejora
el consumo energético.
En cuanto a la memoria RAM, ambas tablets tienen 3GB de capacidad.
Autonomía
Ambas cuentan con la misma autonomía en batería, 8220 mAh, sin tener nada que ver el
diferente grosor existente entre ambas tablets. Aunque no es el aspecto físico
el que puede marcar diferencias en este aspecto, sino el uso, por parte de la
tablet TabPRO de Android 4.4, ya que
esta versión de Sistema Operativo hará que la tablet vaya más eficientemente y,
por ende, consuma mucha menos batería. No obstante, aunque exista esta
diferencia entre ambas, no debería de suponer una diferencia realmente
considerable, ya que su rendimiento es bastante similar.
Sistema Operativo
Al ser la Galaxy Note 2014 un poco anterior,
tiene la versión de Android 4.3. La TabPRO, en cambio, cuenta con la última
versión de Android 4.4 Kitkat. Esta
diferencia, aunque parezca insignificante, es una gran diferencia a la hora de
comparar ambas tablets, ya que la última versión es mucho más ligera y veloz,
haciendo a la TabPRO mucho más rápida en procesos que la Galaxy Note
2014.
En cuanto a lo demás,
podemos decir que ambos modelos de tablet cuentan con la interfaz de TouchWiz, ofreciendo consigo al usuario
un gran paquete de apps exclusivas.
Precio y conclusiones
En cuanto a precios,
la Galaxy Note 10.1 2014 Edition
está en unos 600€, mientras que la
tablet TabPro 10.1 está en unos 100€ más barata.
Pensando en qué tablet
es mejor para el usuario, depende del juego que le vaya a sacar al S-Pen, ya que si no es un dispositivo
realmente necesario para el usuario, la NotePro
cuenta con el mismo diseño, un precio más bajo y con la última versión de Android. Sin embargo,
la oportunidad de poder utilizar un puntero para sus trabajos con la tablet, es
una inversión que, depende de quién, puede valer la pena.
Todo queda al criterio
del consumidor, dependiendo de sus exigencias, y de lo que esté dispuesto a
pagar por ellas.
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